Pre-calienta el horno a 425ºF (218ºC).
Seca muy bien las alitas de pollo con papel absorbente para que queden completamente secas.
Colócalas en un recipiente grande y cúbrelas completamente con el polvo para hornear. Si no las vas a bañar con la salsa, también las puedes sazonar con sal y pimienta al gusto.
Coloca una rejilla sobre una lata para hornear cubierta con papel aluminio y cúbrela con aceite en aerosol. Este paso es opcional, pero ayuda bastante a evitar que el cuero de las alitas se pegue a la rejilla.
Coloca todas las alitas de pollo sobre la rejilla y hornéalas por 50-60 minutos o hasta que estén doradas y no estén crudas por dentro. Asegúrate de voltearlas cuando lleven la mitad de tiempo en el horno.
Mientras tanto, mezcla todos los ingredientes para la salsa (salsa picante, mantequilla, vinagre blanco, salsa inglesa, ajo en polvo y pimienta de cayena) en una olla mediana a fuego medio y cocina por un par de minutos hasta que todo quede bien mezclado. Retira la olla del fogón y coloca la salsa aparte.
Una vez que las alitas estén listas, colócalas en un recipiente grande y agrega la cantidad de salsa que desees, revuélvelas para cubrirlas bien. Sírvelas inmediatamente.