En un recipiente mediano mezcla la harina, sal y bicarbonato de sodio. Coloca esta mezcla aparte.
En un recipiente grande, bate muy bien la mantequilla, azúcar morena y azúcar blanca hasta que obtengas una mezcla cremosa. Agrega el primer huevo y bate bien. Luego agrega el segundo huevo junto con la vainilla y bate bien nuevamente. Raspa el interior del recipiente con una espátula para que todo quede bien mezclado. Agrega la harina y revuelve bien con la espátula hasta obtener una masa suave. Ahora, agrega las chispas de chocolate y revuelve para incorporarlas. Tapa el recipiente con plástico de cocina y refrigera la masa por 2 horas.
Pre-calienta el horno a 375ºF (190ºC).
Después de 2 horas forma las galletas con la ayuda de una cuchara de helado o con dos cucharas normales y colócalas en una bandeja para hornear cubierta con papel para hornear o una lámina de silicona. Asegúrate de dejar un espacio de 2 pulgadas (5 cm) entre las galletas y hornéalas por 10-14 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Sácalas del horno y déjalas reposar en la bandeja por 5 minutos, luego colócalas sobre una rejilla para que se enfríen completamente.
Si las quieres congelar coloca las galletas armadas sobre una bandeja para hornear cubierta con papel para hornear. No necesitas dejar mucho espacio entre ellas. Cubre bien la bandeja con plástico de cocina y guárdalas en el congelador. Una vez que estén congeladas, envuelve cada una con plástico de cocina y guárdalas en el congelador dentro de una bolsa resellable. Cuando las quieras hornear puedes seguir las instrucciones del paso #4.