Corta los aguacates por la mitad y quítales la semilla o la pepa. Remueve la pulpa con la ayuda de un cuchillo y colócala en un recipiente mediano. Luego tritúrala con un tenedor hasta obtener la textura deseada. Entre más la tritures, más cremoso será el guacamole.

Agrega el jalapeño, cilantro, cebolla roja, ajo, sal, pimienta, y el jugo de limón. Revuelve bien y sirve inmediatamente.

Si deseas refrigerarlo, guárdalo en la nevera en un contenedor hermético. También puedes cubrirlo con un pedazo de plástico de cocina o papel film asegurándote de que toque el guacamole. Luego, cubre todo el recipiente con otro pedazo de plástico, de esta forma durará más tiempo fresco sin que se oxide y se vuelva negro.