Coloca el maíz en un recipiente grande y sacae cualquier suciedad o grano de maíz defectuoso que puedas encontrar. Luego enjuague el maíz con agua y escúrrelo. Por último cúbrelo con suficiente agua y déjalo remojando a temperatura ambiente de un día para otro.

Al día siguiente escurre el maíz y colócalo en una olla. El tamaño de la olla depende de la cantidad de maíz que estés cocinando. Cúbrelo con suficiente agua, tapa la olla y deja que el agua hierva a fuego alto. Luego reduce el fuego a medio bajo y cocínalo por unas 2 horas o hasta que el maíz esté blando. Verifica el nivel del agua cada 20 minutos y agregue más si es necesario.

Cuando el maíz esté cocinado escúrrelo bien y déjalo enfriar. Es muy importante que el maíz esté lo más seco posible para que la masa no quede muy húmeda y blanda.

Muele el maíz en un moledor o procesador de alimentos hasta obtener una masa suave. Sazónala a tu gusto para hacer arepas, empanadas, y tamales.