Mezcla 1 taza de azúcar blanca granulada con 1 taza de agua en una olla pequeña. Deja que hierva a fuego medio-bajo hasta que el azúcar se disuelva. Retira el almíbar del fogón y déjalo enfriar.

Coloca el almíbar frío en una jarra grande. Luego vierte el jugo de limón usando un colador para recoger la pulpa y las semillas. Después, agrega unas 8 tazas de agua fría.

Para darle un tono rosado a la limonada, agrega ½ cucharadita de jugo de remolacha a la vez hasta obtener el color rosado que deseas. Normalmente agrego entre ½ y 1 cucharadita. Guárdala en el refrigerador para que se enfríe.

Para servir, vierte la limonada en vasos llenos de hielo. Adorna con rodajas de limón y hojas de menta fresca o albahaca.