Pre-calienta el horno a 350ºF (180ºC).
En una olla mediana, cocina el azúcar con el agua a fuego medio alto hasta que tomen un color caramelo. Esto se puede tomar unos 10 minutos, así que vigílalo bien para que no se queme.
Rápidamente vierte el caramelo en un molde de 2.5 litros e inclínalo de lado a lado para que quede bien cubierto con el caramelo. Colócalo aparte. Un molde de vidrio o cerámica funciona mejor.
Coloca los huevos, leche evaporada, crema de leche, leche condensada azucarada y extracto de vainilla en una licuadora y licúa hasta que la mezcla tome una consistencia bien suave.
Vierte la mezcla de leche en el molde y hornea por 45-60 minutos o hasta que al introducir un cuchillo o palillo en el centro salga limpio. Deja que la leche asada se enfríe completamente sobre una rejilla, luego cúbrela y refrigérala por lo menos 4 horas.
Destapa la leche asada y raspa los lados del molde con un cuchillo. Coloca un plato grande encima, voltéala, sacude un poco el molde y remuévelo lentamente. Sirve inmediatamente.